Un escándalo rotundo sacudió los mundos de Fórmula 1 y Tecnología cuando el campeón de Heptacal Lewis Hamilton anunció el final de su asociación con Astronomer, una empresa de gestión de datos con sede en Nueva York. La decisión, revelada el 18 de julio de 2025, tuvo lugar después de un incidente en un show de Coldplay en Boston, donde Andy Byron, CEO de Astronomer, fue filmado por la cámara KISS en una pose íntima con Kristin Cabot, director de recursos humanos de la compañía. El video, que se volvió viral con millones de opiniones sobre Tiktok y X, generó una ola de reacciones y llevó a Hamilton a posicionarse, declarando: “Estaremos juntos y protegeremos a las madres, pase lo que pase”, en referencia a Megan Kerrigan Byron, esposa de Andy Byron.
El incidente tuvo lugar el 16 de julio de 2025 en el estadio Gillette durante un concierto de Coldplay. La “cámara de besos”, una tradición que filma las parejas en la audiencia, capturó a Byron, de 50 años, abrazando a Cabot, 56. Atrapado por sorpresa, Byron se escondió detrás de una barrera, mientras que Cabot escondió su rostro, aumentando la vergüenza. El vocalista Chris Martin bromeó: “O están teniendo una aventura o muy tímida”, riendo en la audiencia. Sin embargo, el video reveló que Byron, casado con Megan Kerrigan Byron, educadora y madre de sus dos hijos, participó en una relación inapropiada. Megan respondió eliminando el nombre “Byron” de sus perfiles en las redes sociales antes de discapacitarse, señalando una inminente crisis matrimonial.
El astrónomo, valorado en $ 1.3 mil millones, fue sacudido por el escándalo. El 19 de julio, la compañía anunció la renuncia de Byron y fue reemplazada por Pete Dejoy, co -fundador y director de productos, como el CEO interino. Cabot fue suspendido temporalmente y una investigación interna comenzó a evaluar posibles violaciones de las políticas de la Compañía. La presencia de otro empleado, Alyssa Stoddard, en el video también planteó sospechas de favoritismo, ya que Cabot había promovido recientemente Stoddard. Según las fuentes, los ex empleados de Cybereason, donde Byron trabajó antes, denunció su comportamiento autoritario, agregando una dimensión controvertida a su reputación profesional.
Lewis Hamilton, ahora piloto de Ferrari en 2025, justificó su decisión con una declaración impactante, enfatizando su compromiso con la ética: “Mis asociaciones reflejan mis valores de respeto e integridad. Las acciones de la Junta de Astronómeros son incompatibles con estos principios”. Agregando: “Permaneceremos unidos y protegeremos a las madres, pase lo que pase”, Hamilton expresó su apoyo a Megan Kerrigan Byron, generando una ola de aprobación en línea. En X, los fanáticos elogiaron su coraje, con comentarios como “Hamilton defiende los valores correctos” y “un verdadero líder, por dentro y fuera de las pistas”. Esta postura refuerza la imagen de Hamilton como un defensor comprometido, especialmente en asuntos de ética y justicia social.
El escándalo también mostró complejidades personales. Según el New York Post, Kristin Cabot está casado con Andrew Cabot, CEO de Privateer Rum, y la pareja tiene una casa de $ 2.2 millones en Rye, New Hampshire. Los documentos revelan que Cabot se divorció de su ex marido, Kenneth Thornby, en 2022. Estas revelaciones alimentaron las discusiones en las redes sociales, donde circularon memes y cartas falsas de disculpa atribuidas a Byron, aunque negadas por el astrónomo. Taylor Jones, director de comunicaciones, aclaró: “Byron o Cabot no hicieron una declaración oficial”.
Este “Coldplaygate”, como se apoda en línea, ilustra las rápidas consecuencias de comportamientos inadecuados en la era digital. Para Astronomer, la prioridad es restaurar la confianza de los inversores y empleados, mientras que la investigación interna puede revelar nuevas irregularidades. Megan Kerrigan Byron, que vive en Northborough, Massachusetts, mantiene un perfil discreto, pero disfruta de un gran apoyo en línea, con mensajes que fomentan un divorcio costoso para Byron, cuya fortuna se estima entre $ 20 millones y $ 70 millones. Hamilton, a su vez, continúa brillando como un ejemplo de integridad, lo que demuestra que sus convicciones exceden los intereses financieros. Este escándalo, que comenzó con un momento aparentemente inocuo en un espectáculo, es un recordatorio de que la transparencia y la responsabilidad son esenciales, incluso para las figuras más poderosas.